2. Controlar nuestra mente
Por Claudia
del Valle
Luego de
lograr la relajación del cuerpo, viene la parte más difícil de la meditación:
Aquietar la mente.
Es la más
difícil porque no estamos acostumbrados a tener quieta nuestra mente, siempre
estamos pensando, nos hemos convencido de que: “Somos lo que pensamos”, así que
es imposible dejar de pensar.
Si, la mente
es muy poderosa, si, cuando es creadora, cuando es efectiva, cuando nos permite
crecer como seres humanos, cuando logramos controlarla. Sin embargo, por lo
general, la mente nos controla. Durante el día repetimos los mismos pensamientos una y otra vez. Muchas
veces pensamientos sin sentido que no llevan a ninguna parte.
Nos obsesiona el pasado o nos preocupa el
futuro de tal forma, que nos perdemos el presente. Cuantas veces hacemos algo
sin darnos cuenta, y de pronto reaccionamos, como despertando de un sueño y
decimos: Yo hice eso? A que horas? No me di cuenta! Es lo que llaman la
absoluta inconsciencia, no sabemos lo que hacemos, no somos conscientes. Si
vamos por la calle caminando, pasamos por el lado de algún conocido y amigo y ni
siquiera nos percatamos de ello. O vamos conduciendo un vehículo, y no nos
damos cuenta de que hacemos maniobras imprudentes que afectan a otros
conductores o peatones. No somos conscientes!!
Y eso que
sucede en ese momento, es nuestra mente, pensando y pensando y pensando. Casi
el 100% de pensamientos sin sentido y para nada útiles.
Por esto, es
que aquietar la mente es tarea difícil, pero no imposible. La primera tarea
consiste en poder controlar lo que
pensamos.
Existen muchas técnicas, como
tipos de meditación, hablemos de algunas:
1.
Respiración. Enfocarnos en nuestra respiración ayuda a no pensar en otra cosa.
Solo en nuestra respiración. Ser conscientes de cada inspiración, sentir como
nuestra caja torácica se hincha, sentir como nuestros pulmones se llenan de
aire, como sostenemos una fracción de segundo ese aire dentro nuestro y luego
como sale. Al enfocarnos en cada paso de nuestra respiración, estamos dejando
de pensar, estamos controlando nuestros pensamientos. Aquí es importante no tratar de controlar la
respiración, permitir que esta sea natural, y poco a poco, esta se va haciendo
más lenta, más pausada, hasta que llega a ser casi imperceptible. Puedes usar esta técnica en cualquier momento
del día, cuando necesites calmarte; ser consciente de 2 o 3 respiraciones, pero
ABSOLUTAMENTE consciente, te permite relajarte, tranquilizarte y seguir
adelante. Y si logras hacerlo por más tiempo, estás empezando a meditar. Estás
aquietando tu mente. Y es que cuando practicas esto, te estás enfocando en el
presente, en nada más.
2.
Visualizaciones. Estas son tan variadas como técnicas existen. Pero básicamente
lo que buscan es que seas tu quien controle tu mente y no al contrario.
Visualizar un sitio que te genere paz, por ejemplo el claro de un bosque, un
pequeño riachuelo, crearlo
completamente, con cada detalle en él, y luego ir avanzando por ese lugar,
enfocarte en colores específicos o detalles muy claros, ayuda a que tu mente se
enfoque exclusivamente en eso, y no piense más. Además en estas visualizaciones
te concentra en lo que sientes: “sientes paz, te sientes tranquil@, sientes
como te llenas de vida, de alegría”...Este tipo de frases te enfocan en lo que
sientes, no en lo que piensas, y de esta forma, estás calmando tu mente.
También
puedes visualizar una luz blanca que cubre tu cuerpo y te llena de paz, de
alegría. O pueden ser de otros colores,
visualizaciones que te permiten trabajar en temas puntuales como salud, algún problema
específico, o ayudar a un ser querido. Y, es increíble como todo esto funciona
para aquietar tu mente. Para dejar esa locura absoluta del día a día, por lo
menos por unos instantes. Es lo que llaman
meditación activa, pues tu mente se enfoca en un tema específico y logras el
resultado a través de la repetición de la visualización.
Si no has
practicado este tipo de visualizaciones, puede ayudarte entrar a www.metodosilva.com, ellos manejan técnicas
muy apropiadas para ello.
Personalmente,
soy graduada del método silva, y funciona muy bien, controlas tu mente. Te
enfocas en lo positivo, no en lo negativo, y ves los resultados.
Sea cual sea
la técnica que utilices, la tarea es controlar lo que piensas, para controlar
tu mente y no permitir que esta te controle. Pero es importante entender que
debes ser constante, no hacerlo de vez en cuando. Si quieres ver los
resultados, y especialmente, si quieres sentirlos, debes hacerlo todos los
días.
Ojalá dediques aunque sea 30 minutos a ello. Busca el momento y el lugar
en el que te sientas cómod@, aislad@, tranquil@ y sin interrupciones, y
regálate con esos 15 o 30 minutos, años de vida.
No eres lo
que piensas, eres mucho más, eres SER, eres Inmensidad, ERES....
NAMASTÉ