sábado, 16 de junio de 2012

PRIMEROS PASOS PARA MEDITAR


1. Relajar el cuerpo

Por Claudia del Valle

Empecé a meditar cuando tenia 14 años. Bueno, realmente comencé solo con relajación, pues encontré un libro, el primer libro que me enseñó que había algo más, El poder de la mente Subconsciente.
 Trata básicamente de cómo manejar la mente para obtener resultados, algo que hoy en día ha sido retomado por libros como EL SECRETO. Libros excelentes, que muestran como tenemos el control sobre nuestra mente, y podemos obtener resultados maravillosos, únicamente cambiando el modo de pensar.
En este libro, El poder de la mente Subconsciente, se presentan varios ejercicios, sencillos, donde se enseña  la relajación. Este es el primer paso.
 
Así que cuando comencé a relajarme, me encontré con algo nuevo y maravilloso: sentir que el cuerpo se podía controlar, se podía soltar completamente, y que aun así, mi mente seguía despierta, activa.  No fue fácil, una adolescente de 14 años no se quiere estar quieta, no se puede estar quieta.  Pero afortunadamente, los ejercicios se realizaban al momento de despertarse y antes de dormir. De otra forma, difícilmente lo habría logrado. 

Luego de la relajación del cuerpo,  la mente entra en una etapa de quietud activa, en la que,  si se dan las ordenes adecuadamente, estas se cumplen. Ordenes puntuales, sobre logros que se quieren alcanzar, de  salud, bienestar, cosas claras y concisas. Y, la clave de esto  es la repetición. Hacerlo al despertarse, al acostarse.  

Para mi fue MAGIA, las cosas iban saliendo a la perfección, como yo las pensaba o las ordenaba!!!

 Hoy entiendo que lo que sucede es que la mente da la orden, pero que al pensar de forma positiva, y generar ese tipo de pensamientos, se genera un cambio de actitud, ves  desde otro punto de vista las cosas, las situaciones   y,  simplemente actúas para que esas cosas sucedan.  

 Atraes lo que piensas, eso es. Y si enfocas tu pensamiento en lo que quieres, pues, eso obtienes. Por ejemplo, en esa época estudiaba en un colegio, pero era un colegio que yo no quería, no me gustaba, me sentía mal allí. Y aplicando lo aprendido en el libro, me enfoqué en cambiar, pero a un colegio puntualmente que sí quería y que me gustaba mucho.  Así que día y noche enfocaba mi mente en el resultado, estar en ese colegio. Me veía allí, estudiando, feliz, con buenas calificaciones. 

Y, todo se fue dando, mi papá que era reacio a ese cambio, lo aceptó, y yo me enfoque en estudiar mucho para pasar la prueba de ingreso. Pero para mi no fue un sacrificio, eso era lo que quería. Así que finalmente mi mente enfocó todo para que sucediera de esa manera, y obviamente, sucedió. Ingresé a ese colegio, y me convertí en una fiel adepta del Poder de la mente Subconsciente. Allí comencé mi camino hacia la meditación...

Y es el primer paso, relajar el cuerpo. Es increíble como estamos tan inconscientes en nuestro diario vivir que cuando alguien se sienta a relajarse, no puede estar quieto ni 1 minuto. Y no es su culpa, simplemente no estamos acostumbrados a la quietud, todo es acción, pero acción a veces sin sentido.

 Y cuando le pedimos a alguien que se siente cómodamente, y le decimos que cierre sus ojos, ahí viene la primera  reacción.  Nos da miedo cerrar los ojos, estamos tan a la defensiva que creemos que alguien nos va a atacar o hacer daño, y no queremos cerrar los ojos, nos sentimos débiles, sin protección. Por eso, esta primer parte, es importante practicarla en un sitio tranquilo, cerrado, ojalá sin ningún tipo de ruido. 

Es importante relajar nuestros sentidos, que finalmente son quienes nos ayudan a percibir el mundo exterior. Primero, ojos cerrados.  Segundo, un lugar en silencio, y puedes colocar música suave, música para relajación. Tercero, puedes relajar tu olfato, con incienso, esencias o velas de olor. Todo esto hace que nuestros sentidos se calmen, se sientan cómodos y permiten que el cuerpo se empiece a relajar. Puedes usar todos, o solo alguno. Decídelo tu.

Busca una posición que te permita estar comod@, sin tensiones. Ojalá lo hagas sentad@, pues cuando nos acostamos, es mucho más fácil dormirnos. Pero  si nunca has practicado relajación y quieres acostarte, hazlo, no pasa nada. Finalmente si te duermes,  lograste relajarte, que es la idea inicial del ejercicio. 
Comienza a practicar, verás el cambio en tu cuerpo, tu mente y tu espiritu. Comenzarás a sentir más Paz y serenidad en tu vida.

NAMASTÉ

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