miércoles, 20 de julio de 2011

¿QUE ES MEDITAR?

Por Claudia del Valle

En este mundo tan acelerado, tan enloquecido por el hacer y el tener, que nos exige estar en permanente movimiento y que es controlado principalmente por el ego y la mente, es muy fácil perdernos a nosotros mismos.  Olvidar quienes somos en realidad y enfocarnos solamente en los resultados: soy lo que hago y lo que tengo.
Pero tarde o temprano, nuestro verdadero SER nos reclama. Y es un día, de repente que empezamos a cuestionar lo que hacemos, ¿para que sirve esta locura? ¿Qué sentido tiene esta carrera constante por no llegar a ningún lado?  Sentimos que hay algo más… SENTIMOS, y dejamos de PENSAR por un momento.
Así que comenzamos a buscar ese algo más que debe haber, no puede ser que la vida sea sólo esto. Regularmente nos acercamos a alguna religión, a voluntariados para ayudar a otros, o lecturas que nos acerquen a nosotros mismos.
En los últimos 30 años, el mundo occidental ha encontrado en las prácticas orientales como el yoga,  el Thai chi, Chi kung, y otras disciplinas, la forma de acercarse a su interior, de aquietar la mente y sentir más quien es realmente.
Y, de alguna manera, todas las disciplinas orientales, involucran la meditación como pilar esencial de sus ejercicios. Meditar es aquietar la mente.
El ser humano está conformado por tres entes: cuerpo, mente y espíritu. Y para llegar a realizar un verdadero contacto con nuestro espíritu, con nuestro SER, debemos disminuir la actividad de las otras dos partes, primero el cuerpo y después la mente.
Por eso, lo primero que debemos aprender a hacer para disminuir tanta actividad y locura en nuestra vida, es  relajar nuestro cuerpo. No es tan complicado, solo necesitas practicarlo con regularidad, y el cuerpo te va a responder.
La tarea más complicada aquí, es detener la mente, o por lo menos aquietarla.  Y es que estamos tan acostumbrados a pensar  todo el día,  pensamientos repetitivos, ideas nuevas, pasado, presente, futuro.  Es muy común que la gente diga: Somos lo que pensamos, como voy a detener mis pensamientos, dejaría de existir!!!
Sin embargo, todas las personas que logran aquietar sus mentes, aunque sea por breves momentos, sienten la diferencia. Una práctica muy sencilla para aquietar la mente, es entrar en contacto con la naturaleza. Cuando nos enfocamos en contemplarla, en disfrutarla, y logramos quedar absortos ante tanta belleza, olvidamos todo lo demás. En ese instante, estamos aquietando la mente, alcanzamos a hacer contacto con lo que somos realmente, y por eso sentimos paz.
Pero aquietar la mente debe ser algo que fluya. No puedes obligar a tu mente a que se detenga, porque ella reacciona pensando más. Lo que debes hacer es observar tus pensamientos, como si estuvieras viéndolos desde la puerta o ventana de tu casa, y ellos pasaran por la calle. Los ves,  pero no los absorbes, no te detienes en ellos, solo los dejas pasar. Entonces, en algún momento  al practicar esto continuamente, simplemente se detienen, dejan de pasar por esa calle.  Y es allí, cuando logras estar en paz.
Para mí, meditar es como cuando estás en una playa, con más gente alrededor. Escuchas la gente, ves tanto movimiento, niños jugando, corriendo,  incluso el sonido fuerte de las olas. Esa playa es el mundo cotidiano, externo. Y entonces decides meterte al mar, el primer contacto con el agua, es delicioso, sientes el agua tibia en tu piel, y te sumerges, las olas no son fuertes, son suaves, y permites que estas te lleven, suavemente, como meciéndote. En ese momento, relajas tu cuerpo, primer paso.  Pero sigues oyendo el ruido, la gente, y decides zambullirte, dentro del agua, y vas al fondo. Allá en ese lugar, escuchas lejanamente el ruido, o de pronto no escuchas absolutamente nada, y solo sientes tus movimientos en el agua. Hay silencio, paz, tranquilidad. Sabes que allá arriba, el ruido, la gente, todo sigue, pero en ese momento, tú estás en silencio y en paz, solo contigo mismo.
Eso es meditar, zambullirte en el océano del SER, de ti mismo, y encontrar el silencio, volver a la fuente.
NAMASTÉ

martes, 19 de julio de 2011

PASO 3. ENTUSIASMO

Por Claudia del Valle
Siguiendo con los tres estados del Quehacer despierto al que se refiere Eckhart Tolle en su libro Una nueva tierra, para conectarnos con nuestro interior, el entusiasmo es el tercero.  Y se refiere simplemente al gozo, del que ya hablamos, pero con una meta, un objetivo especifico.
Cuando seguimos en contacto con nuestro interior, cuando sentimos esa paz dentro de nosotros, y la alegría del ser, en un momento determinado, llega la absoluta certeza de lo que debemos hacer.
Tolle habla del propósito interno, que es despertar la consciencia en nosotros, y el propósito externo, que es lo que hacemos en este mundo, nuestro trabajo o actividad principal.
Entonces, un buen día nos levantamos con una claridad absoluta de lo que debemos hacer.  Y, puede que a otros les parezca que ese no es el camino, pero nosotros tenemos la certeza de que ese es, y sentimos la alegría, el gozo de disfrutar lo que estamos haciendo, pero además, estamos completamente seguros de cuál  es la meta.
Y,  ese objetivo es tan claro, que nos llena de  fuerza,  de una energía fuera de lo común, y nos mantenemos muy activos, disfrutando lo que estamos haciendo. Cualquier persona puede pensar que estamos enfocados en el resultado, que estamos estresados, que estamos tensos. Pero no,  lo que estamos disfrutando es el momento presente,  cada actividad que generamos para llegar a esa meta, y definitivamente no hay estrés, hay entusiasmo.
La palabra entusiasmo significa “En Dios”, y no hay nada más cierto. Nosotros, por nuestra propia cuenta, no podríamos hacer nada.  La energía creadora se manifiesta de una manera tan fuerte y clara, que lo único que podemos hacer es, como dice Tolle “montarnos en esa ola”. 

Felicidad y Certeza
Podemos darnos cuenta  cuando el entusiasmo está  a cargo, pues además del estado de felicidad, y de certeza, todo fluye de una manera casi mágica. Las personas o situaciones adecuadas, se presentan, las puertas cerradas se abren.  Cuando se encuentra algún obstáculo, esa energía creadora no genera conflicto, sino busca  otros caminos, o abraza al otro y convierte esa energía desfavorable en más energía creadora.

No importa qué hacemos, sino cómo lo hacemos
Algo más que nos muestra que estamos en estado de entusiasmo, es que no nos identificamos con el resultado, no estamos apegados a este.  No importa QUE vaya a suceder, solo COMO lo estamos haciendo. Y, eso es porque no hay ego en esta situación.  Estamos en perfecta armonía con la energía Universal, y, de alguna forma, sabemos también, que ella está a cargo, no nosotros. Y, cuando algo tan poderoso, tan magnífico, tan perfecto  se encuentra a cargo, todo es perfecto. Así, que sea cual fuera el resultado de nuestra actividad, será el resultado perfecto.
Estar presentes, y observando que todo lo anterior se cumpla, nos asegura que realmente nos encontramos en estado de entusiasmo. Y, obviamente, la meta que tenemos, debe ser una meta,  “inspirada”, no generada por el ego.  Y, esta meta no puede ser del tipo de TENER algo, como mucho dinero, una casa, o ser famosos.  Pues TENER, es una meta estática, que no genera energía dinámica como la que genera el entusiasmo.
El entusiasmo apunta  a la actividad misma, y es allí donde nos enfocamos, y esa actividad está conectada con otros seres humanos, y con el todo. Así que en lugar de vernos como escritores famosos,  nos vemos como fuente de inspiración para otros con nuestro trabajo. Sentimos como nuestra actividad no solo enriquece y profundiza nuestras vidas, sino como hace lo mismo en la vida de otras personas.  Sentimos como somos el instrumento  a través del cual la energía fluye desde el todo hasta este mundo, beneficiando a todos.
No podemos vivir en estado de entusiasmo eternamente. Llega, actúa y se va, dejando nuevamente el estado de gozo a cargo.  Luego vendrá nuevamente con otra actividad.
Recuerda:
Entusiasmo es Gozo con una meta. Esa meta no es definida por nuestro ego, por nuestra mente; es una meta que viene de dentro, de algo mucho más poderoso y lleno de energía. Y, prácticamente somos testigos activos de todo lo que sucede a través nuestro.  Solo permitimos que lo que ES, se haga cargo.

Recuerdas haber vivido momentos de Entusiasmo e inspiración? Comparte!!!
NAMASTÉ

lunes, 18 de julio de 2011

PASO 2. GOZAR!!!

Por Claudia del Valle.

Siguiendo con las enseñanzas de Eckhart Tolle en su libro Una nueva tierra, hablaremos del Gozo, como el segundo estado del Quehacer despierto. Y, gozar, es disfrutar de cada actividad que vivimos.
Una vez que logramos mantenernos en aceptación permanente, en cada instante,  sentimos una sensación de paz  en nuestro interior, es como estar alegre todo el tiempo. Yo lo siento como un calor permanente en el pecho.  
Cuando logramos estar atentos a cada instante, cuando logramos vivir en el presente, logramos disfrutar constantemente todo lo que hacemos.
Dice Tolle, que cuando el poder creador del Universo toma consciencia de si mismo, se manifiesta en forma de alegría. Y, es que no es necesario que algo fuera de lo común suceda, porque en estos momentos disfrutamos absolutamente todo lo que hacemos. Desde la tarea más sencilla hasta la más compleja, no importa, sentimos  que todo está bien, y con cada actividad nos sentimos felices.
Comúnmente esperamos, para sentirnos felices; es necesario un cambio en nuestras vidas para poder siquiera pensar en la felicidad. El ego, siempre tiene mil razones para no gozar del momento presente: “Ahora no, estoy ocupado, no hay tiempo. Mañana, cuando tenga esto o lo otro, cuando logre esto o aquello”. Pensamos en todo, hasta en la paz mundial, o en el daño ambiental, para decir que en este momento no podemos disfrutar. Y, así, siempre aplazamos  o nos sentimos culpables, por disfrutar una situación.
Y es que la idea es disfrutar cualquier actividad que  realicemos, y entender, que no es la actividad misma la que genera felicidad o alegría. Es nuestra relación con esa actividad, es la sensación profunda de estar vivos, de vivacidad, la que llena a la actividad misma.  Tenemos una idea errónea de que la alegría viene de lo que hacemos. Y realmente, la alegría no emana de lo que hacemos, sino al contrario, fluye de nuestro interior hacia la actividad misma.

¿Cómo logro disfrutar?
La tarea es estar absolutamente presentes al realizar cualquier tarea; mantenernos alerta y tomar consciencia de cada cosa que realicemos, para de esta forma, sentir en el fondo nuestro, esa paz, esa “quietud despierta” de la que habla Tolle, y esa misma quietud, se transforma en gozo, en disfrutar, en vez de molestarnos o irritarnos por hacer algo.
Cuando logramos estar en este estado, disfrutar todo lo que hacemos al estar conscientes, alertas, imprimimos a esa actividad una energía especial, y lo que hacemos se convierte en algo que disfrutamos al máximo.  Y realizamos dicha actividad con gran intensidad, sin importar el resultado, solo disfrutando el hecho de realizarla. Y, es que estamos conectados con la energía Universal, con Dios.

Cuando disfrutamos algo, estamos Inspirados
Eso es lo que sucede cuando, en nuestras tareas, nos sentimos “inspirados”, que traduce  “recibir el aliento”.  Porque logramos conectarnos tanto con el Universo, que parece que la tarea no la hiciéramos nosotros, sino que algo más grande manejara  todos los hilos.  Y, realmente así es, porque cuando estamos en ese estado, permitimos que la consciencia sea la que realice la actividad, y por lo tanto no hay mente, no hay ego, y todo funciona perfecto. 
 Es el estado en el que se encuentran  los artistas y escritores cuando logran realizar esas obras maravillosas, se encuentran  “inspirados”, reciben el aliento del Universo. Para mi, es permitir que Dios haga la tarea a través nuestro. Y, por lo tanto, esa tarea es perfecta.
Cuando estamos en ese estado, seguimos siendo seres comunes y corrientes, logramos estar sin ego. La frase del poeta persa Hafiz, que cita Eckhart Tolle en su libro, es perfecta para entender estos instantes: “Soy el agujero de la flauta por la cual se desliza el aliento de Cristo. Oíd su música”.

Cuéntame qué actividades disfrutas tanto, que te hacen sentir inspirad@. 
NAMASTE

jueves, 14 de julio de 2011

3 PASOS PARA CONECTAR CON NUESTRO INTERIOR

Eckhart Tolle, ese maravilloso maestro espiritual contemporáneo, habla en su libro Una nueva tierra, del Quehacer despierto,  refiriéndose a ese estado en el que logramos conectar nuestro interior, nuestra esencia, la consciencia, con el exterior, con nuestro quehacer diario. Dice que al vivir de esta forma, la consciencia fluye a través de nosotros e inspira nuestro pensamiento. Y es cuando, esa inspiración hace que lo que hagamos, sea hermoso y logre tocar a los demás. Para mí es como si Dios, o el Universo, actuaran a través nuestro. Como aquella frase que dice: “Dios no tiene manos, por eso quiere pintar con tus dedos”. Y Tolle habla de  cómo, la realización, no depende de QUE hagamos, sino de COMO lo hacemos.  

3 Pasos Para Estar conectados con nuestro interior 

Para vivir dentro del "Quehacer despierto" o más conectados con nuestro ser interior,  debemos funcionar en tres estados, 3 pasos:
 Aceptación, Gozo o Entusiasmo.
 Cualquiera de los tres es un indicativo de que estamos conectados con el Universo; ninguno de los 3 es permanente, y  durante el día podemos pasar de un estado a otro.  Pero es necesario estar muy alerta, para cerciorarnos de que siempre estemos operando desde alguno de estos estados, sea cual sea la actividad que realicemos, desde la más sencilla hasta la más compleja. Y, dice Tolle, si no estamos en uno de estos 3 estados, estamos generando sufrimiento, para nosotros y para los demás.

Paso 1. Aceptación

Aceptar, creo que es la más difícil, por lo menos para mí.

Aceptar es reconocer que esta situación que estoy  viviendo, sea cual sea, es la que debo vivir, y que sea lo que sea que hago, lo hago con buena disposición. Y, obviamente, no siempre es fácil. Hay situaciones que son sencillamente  imposibles de soportar, que no podemos aceptar por ningún motivo. 

Pero es aquí donde los maestros dicen: “Si definitivamente no puedes aceptar una situación, cámbiala. Si no la puedes cambiar, aléjate de ella. Si no te puedes alejar, acéptala”. Es así de simple. Y es que si definitivamente tenemos que vivir una situación, y no podemos hacer nada para cambiarla o apartarnos, pues lo mejor que podemos hacer, lo más práctico es dejar de quejarnos, de maldecir y  aceptarla; buscar el lado positivo de esa situación. Seguramente algo tenemos que aprender de ella, y  siempre, toda situación, tiene su lado positivo,  aprendizaje, algo que nos hará crecer como personas, y que hará que  seamos mejores seres en este planeta. 

Cada vez que modificamos la manera de ver una situación, dejamos de generar energía negativa, la transformamos en positiva, y eso, es suficiente para atraer más energía positiva a nuestra vida y a nuestro planeta. Cuando hay energía positiva en nuestra vida, todo fluye mejor. Y, no es que no se presenten inconvenientes, situaciones difíciles, es solo que a todo le vemos el lado bueno, y logramos sobrellevarlas de mejor manera.

Puede  que digas que esto que escribo es demasiado sencillo, que así no es la vida, que no es solo aceptar, cambiar, o alejarse, que la vida es mucho más compleja que eso. Pero realmente, es así; por más compleja que sea una situación, por más grande que sea el problema que estamos viviendo,  esas son las opciones. Porque si no lo haces de esta forma, vas a sufrir, y a generar más sufrimiento a quienes te rodean.  La aceptación genera en nosotros paz, tranquilidad. Nos vuelve proactivos, no pasivos. Porque luego de la aceptación, surge un cambio en nosotros, y podemos disfrutar lo que hacemos. Gozo, entusiasmo, que son los otros estados de los que habla Tolle.

Así que practiquemos este estado: Aceptación.
 Recuerda, no es solo aceptar a regañadientes, es aceptar con todo el corazón, ser conscientes de que esta situación que vivimos es la que debemos vivir, de la cual debemos aprender. Si no entiendes para qué la estás viviendo, no importa, tarde o temprano lo harás, pero por ahora, acepta desde tu interior, y vívela, conscientemente. Mantente presente en ella, para que la puedas vivir a plenitud.

También recuerda  esta frase: Si no puedes aceptar una situación, cámbiala, si no la puedes cambiar, aléjate, si no te puedes alejar, acéptala. Algo tienes que aprender.
NO olvides contarme cómo te va con esta experiencia!!!

NAMASTÉ

martes, 12 de julio de 2011

¿QUIEN ERES TU?

Hace unos días, en un taller que estoy haciendo  de escritura, alguien del grupo me hizo esa pregunta al momento de presentarnos.  Es una pregunta sencilla, verdad? Y, cuando contestamos  inconscientemente, se hace mucho más fácil: nombre, sexo, edad, estudios, trabajo, familia. Tal vez incluimos algo más como gustos, habilidades, hobbies, y por qué no, lo que no nos gusta. Pero cuando esta persona me hizo esa pregunta,  algo se removió en mi interior, Quien eres tu?, quien soy yo? Y por eso estoy aquí escribiendo del tema.
Y es que nos hemos acostumbrado o nos han enseñado a través de los años, que somos lo que hacemos: estudiante de tal carrera, profesional en la otra, ama de casa, secretaria, deportista, gerente, gobernador, presidente… y es eso lo que somos? 
También nos identificamos fácilmente con lo que tenemos: tengo una empresa, tengo 2 hijos, tengo un trabajo de tales características. Algunas personas, se sienten tan bien con lo que tienen,  que se convierten en eso mismo. Sus autos, sus equipos, sus cuentas, sus casas, eso es lo que SON.
Pero que pasa cuando te quitan lo que tienes, por una situación económica difícil, pierdes eso que tenías, y te vas a vivir en arriendo. O te despiden de tu trabajo, te quitan lo que hacías con tanto orgullo y satisfacción.  Que sucede entonces, desapareces? Dejas de existir?
También llegamos a sentir que somos nuestro físico: soy gorda, soy flaca, soy bonita, soy fea.  Y es por eso, que actualmente  las cirugías estéticas están a la orden del día. Nos estamos identificando 100% con nuestro físico. Y, que pasa cuando envejecemos, cuando nos engordamos, cuando la fuerza de gravedad  actúa sobre nosotros, cuando el espejo revela que los años pasan, que la piel se arruga, que la dieta no funciona? Dejamos de existir? Desaparecemos?

Es por eso que se vuelve cada vez más importante enfocarnos en lo que SOMOS realmente. Porque eso que somos, siempre será, trabajes o no, estudies o no, vivas en una casa lujosa o debajo de un puente. Eso que somos no desaparece,  jamás.  La verdadera esencia, la escondemos durante nuestras vidas con las capas que nos van identificando: mujer,  soltera, casada, profesional, empleada, empresaria, madre, gorda, vieja, etc., etc.  
Sin embargo, existen momentos en la vida, que nos hacen reflexionar. Que hacen que de una u otra forma, nos tengamos que quitar esas capas que cubren nuestro verdadero ser, o tal vez, nos las arrancan, a la fuerza, generando dolor, inflamación y hasta hemorragia. Momentos trascendentales, momentos de pérdidas fuertes.  Pérdidas  afectivas, económicas, personales, de salud. Y, cuanto más identificados estamos con lo que hacemos o lo que tenemos, es más fuerte nuestra reacción, y mas difícil entender que eso que perdimos, eso que se fue, no nos pertenece, que nuestra esencia sigue intacta, debajo de todo eso que le pusimos encima. Allá en el fondo, estamos, incólumes. Pero la tarea no es fácil, encontrar ese ser que está escondido, es tarea titánica, cuando estamos tan identificados con el HACER o el TENER. Nuestro ego grita: “Como me van a quitar esto que es MIO”, y se niega a perder, se niega a entregar aquello que le ha costado sudor y sangre: su identidad.  Muchas veces esa lucha sucede solo en el momento cercano a la muerte, solo en ese instante, la persona  comprende, que no vale la pena luchar, que no hay absolutamente nada que le pertenezca en ese instante, más que él mismo, su ser, su esencia.  
Pero, podemos hacerlo antes, podemos recuperarnos a nosotros mismos ahora, que no sea tan triste Como muestra León Tolstoi, en “La Muerte de Ivan Ilich”, quien después de batallar toda su vida, cuando  está muriendo, dice:”¿Que tal si toda mi vida ha sido una equivocación?”. Nuestra vida es ahora, y es maravillosa, y no es tan difícil recuperar nuestra esencia, finalmente es lo que somos verdaderamente, es solo retomar algunas ideas:
·         Eso que hacemos o que tenemos, no es lo que somos. Es un papel que estamos interpretando en esta vida. Nuestra esencia, nuestro ser, es el  sabio observador, el director de la obra de teatro que es la vida.  Y si permitimos que ese director nos oriente y nos guie en cada paso que damos, en cada acto que ofrecemos, la obra de teatro será perfecta. Para ello, trata de estar presente, trata, cada vez que lo recuerdes, de alejarte del papel interpretado, trata de observar como actúas, que haces, que piensas. Sin juzgar, solo como si tu no fueras esa persona, ponte detrás de ti mismo, y observa tus acciones y reacciones a lo que haces cada día. Verás como en la medida que lo hagas más continuo, una sensación de paz te invade, desde el corazón, y cada vez va a ser más fácil. Así pues, no te identifiques ni con lo que haces ni con lo que tienes. Eres mucho más.
·         Trata de sentir, antes de pensar. Cuando permitimos que nuestro corazón, nuestra esencia aflore, lo que nos dice es más valioso que nuestros pensamientos. Eso que llaman el sexto sentido. Todos sabemos diferenciar el bien y el mal en nuestro corazón. Cada decisión que tomes, siéntela, antes de pensarla. Si te sientes bien, alegre, contento, es la decisión correcta. Si no, revísala, no es por ahí el camino.
·         Busca momentos de silencio, de paz, en tu vida diaria. Una buena opción, es al despertar en la mañana, cuando todo está en silencio, y hay una conexión especial con el ser. Ese momento en el que agradecemos por el nuevo día, trata de no pensar. Deja que tus pensamientos sigan, no los retengas, déjalos pasar, obsérvalos pero no los atrapes, déjalos ir. Y, entonces, hay silencio.  O en el transcurso del día, música suave, el hobby que te gusta, pintar, cantar, leer, observar la naturaleza. Lo que sea que te relaje, permite que el silencio entre en tu vida.” Solo  a través del silencio se encuentra a Dios”. El silencio, te acerca a ti mismo, a lo que realmente eres. Un ser perfecto, un hijo de la vida. El universo está en nosotros y nosotros estamos en él.  

Regálate la oportunidad de encontrarte contigo mismo, con tu esencia. Verás que vale la pena. y, claro! Cuéntame tu experiencia, me encantaría saber más de tí!!!
NAMASTÉ

sábado, 9 de julio de 2011

RESPIRAR


Es algo en lo que no tenemos que pensar. Respirar es absolutamente innato, nuestro primer aliento, al nacer, es la pauta para comenzar nuestra vida en esta tierra. Y ese primer acto, involuntario, nos conecta de alguna manera con la inmensidad de la cual venimos.
Y es que la respiración, esa eterna presente, es mudo testigo de todo cuanto vivimos. Si nos hacemos conscientes de nuestra respiración,  nos damos cuenta que cada actividad genera un tipo de respiración, si estamos molestos, o agitados, o muy ansiosos, la respiración se torna rápida, superficial, y si  hay una emoción muy grande, es tan agitada, que “nos falta el aire”.  Cuando estamos tranquilos, relajados, en paz, la respiración de igual manera, se disminuye, se hace profunda, más lenta. Los meditadores logran que su respiración sea prácticamente imperceptible.  
Así pues, la respiración no es solo el acto fisiológico por el cual nuestro cuerpo se alimenta de oxígeno y extrae el CO2, también conecta nuestros sentimientos, nuestras sensaciones, y es fiel reflejo de lo que estamos viviendo. Pero, lo que hace más interesante el tema de la respiración, es que aunque podemos ser conscientes de ella, podemos hacerla más lenta o más rápida,  por ser una  función fisiológica  no podemos controlarla   100%,  o trata de no respirar, a ver si lo logras. Es decir, sabemos que el corazón late, pero no podemos aumentar o disminuir sus latidos, hay infinidad de funciones que sabemos que están ahí, pero no podemos hacer nada con ellas. Sin embargo, con la respiración si podemos, pero hasta un punto, no podemos detenerla, no voluntariamente. Para mi, es como si la energía universal te estuviera diciendo: “puedes jugar, pero yo tengo el control”.
Es por eso, que todas las disciplinas orientales, yoga, Thai chi, Chi kung, Karate, Kung fu, etc., se enfocan tanto en la respiración. En hacernos conscientes de ella. Porque la conexión que hay entre la respiración, nuestro cuerpo, y nuestro interior es muy especial.
Una práctica muy sencilla de la que hablan  tanto médicos como maestros espirituales, es respirar, es decir, ser conscientes de la respiración.  Si en esos momentos difíciles, en los que no sabemos cómo responder, sino que solo reaccionamos a la situación, logramos concentrarnos en nuestra respiración, no en dominarla, solo en ser conscientes de la inspiración, de sentir la expansión de nuestro pecho, el movimiento del abdomen, como entra el aire a nuestro cuerpo, y luego lo que sucede en la exhalación,  la situación cambia notoriamente. Es como entrar en stand by en un momento, como retirarte de la escena y observarla de lejos. Y lo que está sucediendo, realmente, es que te estás haciendo consciente del momento que vives, a través de la respiración. Estás dejando de reaccionar, y puedes tomar una mejor decisión como respuesta, no instintiva, consciente.  Funciona para cualquier situación, momentos de angustia, de miedo, de emoción,  una discusión, una presentación, un examen, una entrevista, una cita, incluso para tomar una decisión importante, respira, pero siendo consciente de que respiras. Verás la diferencia.
Eckhart Tolle, un maravilloso maestro espiritual contemporáneo, va más allá, y dice que si ese acto de enfocarnos totalmente en nuestra respiración, es perfectamente consciente, es como meditar, porque finalmente estamos logrando detener la mente, y estar absolutamente presentes en ese instante. Y, que aprendemos más de nosotros mismos, de nuestra conexión con nuestro ser interior en ese instante, que en todos los cursos y talleres que podamos hacer en la vida.  Así, que si logramos hacer ese acto consciente unas cuantas veces al día, imagínate lo que podemos lograr en nuestra vida, trayendo más paz y serenidad a través de simplemente respirar.


Cuéntame cómo te va con este ejercicio, practícalo y comenta!!!

NAMASTÉ


viernes, 8 de julio de 2011

AGRADECER


Vivimos tan atareados, tan involucrados en nuestras rutinas diarias: trabajar, estudiar, nuestros hijos. Nuestro día es una carrera.
Estamos  tan obsesionados con el tener: tener un trabajo, tener más dinero, tener una casa, un carro, una posición social, un novio o novia, un perro...
Y eso, nos enfoca en el hacer; todo el día estamos “haciendo algo”, tanto que cuando no tenemos una actividad programada, nos sentimos mal, desocupados, perdidos. Es tanto nuestro afán de hacer, de tener,  que a veces solo nos enfocamos en pedir: pedir salud, pedir dinero, pedir amor, pedir paz, pedir  y  pedir.

La carrera diaria nos atrapa

Se nos olvida dar las gracias por tanto que tenemos: nuestro cuerpo: ojos, manos, pies, brazos.  La salud, que damos por hecho que siempre será buena. Los seres que amamos, que nos acompañan en el día a día, a los que tantas veces maltratamos con nuestra indiferencia, con nuestra inconsciencia, con nuestros afanes.  Los que amamos que están lejos, pero que cada día tienen pensamientos buenos y oraciones para nosotros, aunque nunca los llamemos o les escribamos un “Hola”.
  Hasta olvidamos dar las gracias por el alimento que recibimos. Siempre está ahí, no?,  si no hay en el refrigerador, está el supermercado, nunca falta! Solo cuando sufrimos algún percance, alguna situación complicada, una dificultad económica o de salud, apreciamos lo importante que es tener un plato de comida sobre nuestra mesa, poder saborearlo, y especialmente poder compartirlo con quienes amamos.

El paso más fácil para sentirnos mejor


Solo detengámonos 1 minuto. Agradezcamos cada día, cada momento que se nos permite vivir.
Hay una práctica muy sencilla que aprendí en el libro EL SECRETO, de Rhonda Byrne:

 Antes de levantarnos de nuestra cama, en el momento de abrir los ojos, hay un instante maravilloso de quietud, un instante en el que nos damos cuenta que estamos vivos, que es un nuevo día. Recibamos ese nuevo día con gratitud, solo es necesario decir GRACIAS, sentir desde el corazón la gratitud: GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS. 
Con estas sencillas palabras estamos enviando al universo,  a Dios,  al  Todo, como le quieras llamar,  las gracias por existir; y de alguna manera esa energía que enviamos al universo a través de la sensación de gratitud,  se devuelve a nosotros en forma de paz, serenidad, actitud positiva frente a la vida. Cuando sentimos gratitud, es imposible ser negativos, porque nos estamos enfocando en todo lo bueno que nos ha dado la vida. Está prohibido poner un solo pie en el suelo, sin haber dado las gracias. Solo hasta que sintamos, realmente sintamos  esa gratitud, nos podemos levantar de la cama. Y, es absolutamente seguro que tu día comienza diferente, más alegre, más seguro, con una actitud diferente.

Tarea diaria: Ser agradecidos

La tarea es pues, agradecer: Agradezcamos a esa persona que está con nosotros, en las buenas y en las malas,  todos los días. Amigos, esposo, esposa, compañeros, hijos, hermanos, madres, padres, abuelos, agradezcamos por su existencia,  porque están aquí con nosotros, incondicionales. Agradezcamos cada palabra de aliento, cada sonrisa, cada saludo, cada abrazo.
Si vivimos en gratitud permanente hacia la vida, esta se muestra más sencilla, más alegre, menos compleja, más positiva; hay  menos negativismo cuando  agradecemos, cuanto estamos en constante gratitud con todo lo que es.

Gracias, Gracias, Gracias

Hoy doy gracias por este blog, por la vida, por permitirme compartirlo contigo, doy gracias por ti que estás leyendo esto en este momento.

Un regalo adicional

Ya que llegaste hasta aquí, te dejo esta hermosa oración. No importa en quién creas, puedes cambiar el nombre por el que sea, solo disfrútala!

TANTO QUE AGRADECERTE SEÑOR
Es maravilloso Señor,
Tener los brazos abiertos, cuando hay tantos mutilados.
Mis ojos ven, cuando hay tantos sin luz.
Mi voz canta, cuando hay tantos que enmudecen.
Mis manos trabajan, cuando hay tantos que mendigan.
Es maravilloso volver a casa, cuando hay tantos que no tienen donde ir.
Es maravilloso amar, vivir, sonreír y soñar,
Cuando hay tantos que lloran, tantos que odian y se revuelven en pesadillas, y tantos que mueren antes de nacer.
Es maravilloso tener un Dios en quien creer,
Cuando hay tantos que no tienen consuelo ni fe.
Es maravilloso Señor, sobre todo,
Tener tan poco que pedir, y tanto, tanto que agradecer.


Te gustó la oración?  Tienes otras formas de agradecer? Me interesaría mucho saber tu opinión!!!
NAMASTÉ